Anualmente la malaria causa la muerte de un millón de niños y produce más de 500 millones de casos clínicos sobre una población calculada en dos mil quinientos millones de personas. El doctor Patarroyo es el colombiano que más ha luchado contra la muerte; sus exitosas investigaciones contra la malaria, concentradas en una vacuna sintética, ayudarán a evitar la acción de tan destructora enfermedad.

Un laboratorio contra la Malaria 

En enero de 1972 fundó el Instituto de Inmunología del Hospital San Juan de Dios, dependencia científico-académica de la Universidad Nacional de Colombia. Desde allí, Patarroyo llevo a cabo sus investigaciones, acompañado de un grupo interdisciplinario de científicos colombianos .

Obteniendo los logros de mayor importancia. En 1979 y 1980, su interés se centró en la lepra, la tuberculosis y la fiebre reumática; estas investigaciones condujeron, en 1984, al establecimiento de los principios generales para la creación de una vacuna sintética, químicamente hecha. A partir de este momento enfocó su trabajo hacia la Malaria.

Donación a la Organización Mundial de la Salud  

En un acto de generosidad, donó la vacuna, en mayo de 1993, a la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la condición de que su producción y comercialización fueran hechas en Colombia, lo que implica el montaje de una moderna planta destinada a producir la vacuna industrialmente. Tal circunstancia ha traído beneficios, pues con el aval de la Organización Mundial de la Salud OMS  ha podido adelantar campañas de vacunación voluntaria en lugares de condiciones extremadamente difíciles o de transmisión intensa, como en Tanzania. Con anterioridad, la vacuna había sido probada en más de 41000 voluntarios en América Latina.

Aunque la donación fue sin precedentes aun la OMS no ha confirmado que se haya encontrado la vacuna contra la Malaria. Solo hasta el 2014 se podrá saber el resultado entre todos los científicos que compiten por este santo grial.

Los marcadores genéticos previenen enfermedades infectocontagiosas

En el campo de la genética, el doctor Patarroyo y su equipo han trabajado los marcadores genéticos, y han podido determinar que, en el caso de las enfermedades infectocontagiosas, cuya etiología se ha considerado siempre externa, existe una predisposición genética; es decir, que algunos individuos nacen genéticamente «marcados» para contraer determinadas enfermedades infecciosas como la tuberculosis, la fiebre reumática y la lepra. Este descubrimiento es de suma importancia, pues si desde el momento del nacimiento se pueden establecer los marcadores genéticos que señalan a un individuo como susceptible de contraer una determinada enfermedad, la medicina podrá someterlo a un proceso de inmunización o, al menos, a alguna forma de prevención que disminuya el riesgo.

Colección de Honores bien Merecidos

Los resultados del trabajo adelantado en el Instituto de Inmunología le han significado a Manuel Elkin Patarroyo y a su grupo diferentes reconocimientos nacionales y extranjeros: cuatro veces (1979, 1981, 1984, 1986) ha ganado el Premio Nacional de Ciencias «Alejandro Ángel Escobar«. Premios como del Estado de Sáo Paulo, en la modalidad de Ciencia y Tecnología (1989); el ACAC al mérito científico, otorgado por la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (1989); el Internacional Latinoamericano en Neumología «Fernando D. Gómez», Patarroyo en el Amazonas 36 concedido por la Unión Latinoamericana de Sociedades de Fisiología y la Academia Nacional concedido por la Unión Latinoamericana de Sociedades de Fisiología y la Academia Nacional de Medicina del Uruguay (1990); el de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo en ciencias médicas básicas (1990); y, el 20 de mayo de 1994, recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. Por otra parte, Patarroyo ha recibido infinidad de condecoraciones.