Por: Dino Segura
Obra Academica: ArtÃculo
Ambito: PedagogÃa
Fecha de publicación: Enero - junio 2009
Páginas: 4-17
Editorial: Revista Nodos y Nudos, v.3, No.26
ISSN: 0122-4328
La
razón de ser de la evaluación se define por la necesidad cada vez más
apremiante de disponer de una población con habilidades estandarizadas que
puedan responder a las exigencias de una economía de mercado globalizada. En
ese sentido, la evaluación al priorizar contenidos asociados al lenguaje, a la
matemática y a la ciencia, devalúa otros saberes y actitudes supremamente
significativos, por ejemplo, la imaginación, la creatividad y el convivir en
sociedad. Las implicaciones de la evaluación, se encuentra relacionada con una
formación constante en la obediencia. El sentido de la evaluación, la elección
de los temas, la forma en la que se califica y el hecho de quién la aplica, si
no cuenta con ámbitos genuinos de participación y construcción de criterios colectivos
por parte de los y las evaluadas, se transforma en arbitrariedad y en
aceptación del autoritarismo. Finalmente, la existencia de la evaluación resta
responsabilidad al estado en la resolución de problemas estructurales como la
pobreza o el acceso a la educación superior, adjudicándole dicha carga a los
individuos que por medio de pruebas deben acceder a pocas plazas de trabajo o
de ingreso a la universidad.